¡Buenos días, majos! Hoy no iba a publicar nada porque llevo un día bastante ajetreado (por fin estoy empezando mi “nueva vida“…) pero como esto de los intentos de suicidio lo tenía a escrito de hace unos días, lo dejo y “doy por cumplida” la escritura de hoy.

Por cierto, mañana supongo que escribiré algo sobre esto a lo que llamo mi “nueva vida”, pues por fin he salido del pueblo después de un par de años que estaba muy muy agobiado y hasta las pelotas (hablando claro), pero a lo que iba, la entrada que escribí hace poco:

¡NO! No os preocupéis que no estoy tan loco pero podéis tacharme de más raro si cabe porque yo no creo en esto.

“Intentos” de suicidio, sí, entrecomillado…

Y es que el otro día no sé con qué me topé por la red de redes (Internet…) que me hizo pensar en esto de los “intentos” de suicidio.

El caso es que cada vez que oigo por la TV o leo algo sobre este tema, sinceramente me parto de risa. ¿Cómo que “intento”? ¿No será llamar la atención con el fin u objetivo que sea?

Porque vamos a ver, si de verdad te quieres suicidar no creo que sea tan difícil, basta con irse solo a cualquier sitio y listo.

Ya sea de sobredosis, pegándose un tiro, cortándote las venas o lanzándose por un acantilado o azotea. Hay miles de formas, pero la verdad es que no me creo eso de “intento”.

Yo creo que más bien esa gente lo que quiere es llamar la atención como acabo de poner, porque si de verdad te quieres matar por lo que sea, no cuesta nada.

De hecho, la gente que sí se suicida sin dar la nota e ir diciéndolo por ahí, es la que no da ningún “aviso” porque realmente lo que quiere es eso, acabar con su vida.