Sí, esta entrada sobre mi miedo es personal como podéis leer ya en el título. Ya estamos prácticamente en pleno verano y esto es algo que quería contar aunque sea a los pocos que lo lean porque me lleva pasando esto desde el “día DÁ“.

Y es que de esta forma me siento mejor conmigo mismo, contando al mundo las cosas que se me pasan por la cabeza.

El caso es que desde que me pasó lo imposible, cada vez que piso una piscina o lugar de agua como puede ser el río, pantano o laguna, etc… una de las cosas que más querría hacer es lo que antes siempre hacía, y era (entre varias “locuras” como saltar desde 12 metros de altura), lanzarme de cabeza, sin más.

Como sabréis (o eso supongo), no es nada que conlleve un riesgo por pequeño que sea, pero la verdad es que le he cogido miedo al hecho de lanzarme de cabeza al agua, y lógicamente no por el hecho de hacerlo, sino por pensar el “qué pasaría” si algo saliese mal. Antes hacía todo sin pensarlo y así me pasaba, vivía mejor que el rey ? pero desde que pasó lo que nunca tuvo que pasar, una de las “secuelas” que se me han quedado (yo creo que permanente) es la de pensar absolutamente en todo antes de hacerlo, y por eso será por lo que le he cogido miedo a esto (que después estoy seguro de que si lo hago una vez, cuando lo haga más será como antes, o sea sin pensar, pero ahora esto es lo que hay.