¡Muy buenos días, majos! Otra vez estoy escribiendo para contar al mundo cosas “de mi vida” (o mejor dicho, opiniones personales) pero que no soy el único que las piensa de esta forma, y como esta mañana he tenido mucho rato libre lo he empleado en escribir esta pequeña entrada.

Supongo que muchas personas ya sabrán que no me gustan nada (de hecho las odio a más no poder) las pantallas grandes de los móviles (con esto me refiero a un máximo de 3,5 pulgadas), pero la verdad es que en ordenadores tampoco me gustan las pantallas grandes para trabajar en ellos (para ver películas por supuesto que sí), y es que en clase tenemos iMacs de 24 o 27 pulgadas (ahora ni me acuerdo) y para trabajar con una pantalla lo veo muy incómodo porque están en una mesa cuyo espacio entre el Mac y la cara de la persona es muy pequeño, por lo tanto hay que estar con la cara casi pegada a la pantalla y esto incomoda mucho ya que hay que estar continuamente moviendo la cabeza de arriba abajo y de lado a lado. Supongo que será porque yo estoy acostumbrado a trabajar en portátil, (concretamente mi MacBook es el de 15,4 pulgadas).

Y volviendo al tema de los tamaños de los móviles creo que los que me conocen e incluso los que siguen la web habitualmente ya lo sabrán, y es que no es ni cómodo, ni normal ni elegante llevar en el bolsillo un móvil que parece una tablet o un netbook (o quizás sí lo sea, pero tampoco lo sé porque no he llevado un armatoste de estos en mi bolsillo en la vida ni creo que lo haga).