Sé que a nadie le importará, pero me apetecía escribir algo y como no tenía ni tengo otra cosa en la cabeza lo hago de esto, y es que con este año son tres consecutivos los que llevo sin ir a Teruel a las fiestas del ángel, más conocidas como “Vaquillas”.

Mis últimas Vaquillas fueron en 2012 (justo un mes antes de lo que podría haber sido el fin de mi vida). Desde ese año no he vuelto a pisar la ciudad en sus mejores fiestas. Sí es verdad que he estado varias veces en la pequeña ciudad haciendo otras muchas cosas (incluso fui en diciembre de 2012 a “hacer” algo que no tendría ni que haber pesado hacer), pero a las fiestas más “gordas” no he ido todavía desde 2012.

Y es que estos dos años de atrás no pude ir por temas de rehabilitación y demás historias de esas, y justo este 2015 que iba a ir y además me he pegado una semana entera preparando todo para disfrutar de esta fiesta, como no podía ser de otra forma, siempre a última hora tiene que pasar algo. Sí, os estoy “hablando” de lo que publiqué el otro día, aquello que me pasó en la piscina cuando tuve una dobladura en el pie izquierdo (que por cierto, ya fui al hospital de la maravillosa () ciudad de Guadalajara, donde me escayolaron el pie casi hasta la rodilla por una micro-rotura de no se qué hueso), y es por esto por lo que tengo que estar medio mes () con media pata escayolada sin poder casi andar ni ir en pleno verano a la piscina, a las fiestas, a tomar algo (tranquilamente, claro), etc…

¿Moraleja o conclusión? Si tenéis previsto hacer algo “importante” en unos días, ni se os ocurra hacer algo “de riesgo” como puede ser ir a la piscina tranquilamente a pasar una tarde, pues la cosa puede acabar mal o muy mal!

Sin más que añadir me despido. Gracias por leer estas líneas y ya puedes ir a pasártelo bien a las fiestas de Teruel o de donde sea, pero ándate con mucho ojo () no vaya a ser que se te tuerzan las cosas (o el pie) como a mi y se vaya todo al carajo!

¡Besos|Abrazos hamorez!