El black friday o viernes negro, como supongo que sabréis, es una «tradición» americana (para variar…) que se lleva celebrando de toda la vida (por lo menos desde que nací, y que yo sepa).

El caso es que (como todas las “modas” americanas), es sobre todo de consumo o para incentivar a la gente a que compre sin parar o de forma compulsiva.

Donde más se mueve todo este cotarro es a través de internet (algo muy lógico por otra parte, y más en los tiempos que corren), pues a mí personalmente me han llegado docenas de mails con supuestas ofertas de todo tipo de productos, y es que estas tiendas lanzan supuestas ofertas “increíbles” que misteriosamente solo están disponibles en lo que dura esta semana o en cuestión el “viernes negro”, pero que por otra parte, en la mayoría de estas tiendas o empresas de venta online, hacen esas ofertas en muchas ocasiones o temporadas del año, o sea que lo del “black friday” simplemente es una excusa para hacer otra vez las mismas ofertas.

Y yo en realidad ni quiero ni pretendo que la gente que lea esto cambie su forma de pensar sobre el consumismo que cada año estamos (o están, la mayoría de españoles) plagiando más de América (y comento esto porque estoy segurísimo de que mucha gente que lo lea pensará así), simplemente me gustaría que todo e mundo se fijase más en estas cosas y piense un poco sobre lo que intentan meternos en la cabeza los americanos con sus “súper ofertas” en determinadas fechas como esta, que en España por lo menos es un día como otro cualquiera, pues aquí un día como este no se celebra nada.

En resumen y definitivamente, que yo por lo menos no entiendo cómo casi todo el mundo se deja llevar tanto por estas cosas solo porque son fechas en las que se rebajan los precios de muchos productos cuando también lo hacen en días normales y no se monta este espectáculo del “black friday”.

Para cerrar la entrada tengo que añadir lo de siempre, y es que esto, como todo lo que escribo en la web, es simplemente mi opinión respecto a un tema y por eso mismo me parece muy correcto (de hecho si no fuese así, el mundo sería un aburrimiento), que cada uno opine una cosa, unos estén a favor o conmigo y otros tantos discrepen en todo lo que comento.

Un abrazo y… ¡que viva el consumismo!