Otro artículo que vi ayer por la noche en su web fuente y que me llamó la atención porque por lo visto, este hombre tiene el récord de velocidad captado por un radar en España, así que una vez mencionada la fuente os dejo el artículo tal cual aparece:
- El ‘hombre bala’ tiene una pierna. Cuando le pilló la policía ya iba sin puntos.
- En su ficha policial ya tiene anotaciones por tráfico de drogas
Control de velocidad en la R-4, la autopista de pago que descongestiona la entrada de vehículos a Madrid por el Sur. En torno a las 11.30 de la mañana del 21 de marzo de 2016. El controlador, como se denomina al agente de la Guardia Civil de tráfico que se ubica dentro del vehículo radar, va comunicando a sus compañeros notificadores, situados unos kilómetros más adelante, los datos de los infractores para que detengan su marcha: «Un Volkswagen Golf, azul oscuro, matrícula 0000-XXX, circula a 145 kilómetros por hora».
La jornada, de lo más rutinaria, provechosa en lo que a denuncias se refiere, está a punto de revolucionarse con la aparición en escena de un coche bala. Un vehículo que circula tan tan tan rápido que el controlador casi ni distingue el color. Si se demora en identificarlo mirando la pantalla del cinemómetro -el dispositivo que fotografía el automóvil y registra su velocidad-, es probable que para cuando quiera dar aviso a los notificadores haya superado ya el punto donde éstos se encuentran. «¡¡¡Parad al Porsche, parad al Porsche, parad al Porsche!!!», es todo cuanto les transmite apresuradamente por la emisora.
Los notificadores cuentan con la ventaja de estar situados muy cerca de un peaje,de modo que cuando el vehículo llega a su altura está en desaceleración y no es difícil darle el alto. Es un Porsche 911 Carrera, color gris plata, pueden comprobar ya parado.
-¿A qué velocidad iba? -preguntan al operador.
-A 297 km/h.
-Disculpa, ¿puedes repetir la velocidad?
-297 km/h.
-Perdona, ¿has dicho 297?
-Sí, sí, 297. Ahora os digo la matrícula con más calma.
En unas horas la DGT dimensionaría aún más la perplejidad de los agentes certificando que acababan de registrar la mayor velocidad nunca antes medida por un radar en España, superando en 26 kilómetros los 271 marcados en mayo de 2009 por un inglés que paseaba su Ferrari por la A-92 a la altura de Baza (Granada).
La Guardia Civil se acerca al vehículo y se dispone a identificar al nuevo recordmanespañol, quien acaba de alcanzar una velocidad equivalente a recorrer los 105 metros de la banda del Bernabéu en 1,27 segundos, prácticamente un parpadeo. No imaginaban aún los agentes hasta qué punto podría el conductor a prueba su capacidad de asombro.
Se abre la puerta del Porsche y las miradas se dirigen inevitablemente a las extremidades del piloto, de nombre Víctor Manuel, español, 36 años, vecino de un pequeño municipio del sur de Madrid. «Le faltaba físicamente una pierna», relata uno de los agentes que intervinieron en la detención. «Le explicamos la infracción que ha cometido, se le pide que salga del vehículo y resulta que le faltaba una pierna».
La minusvalía agravaba aún más el delito -circular a más de 200 km/h en autopista se considera delito- puesto que Víctor Manuel, por su condición de discapacitado, tiene la velocidad limitada a 100 km/h y está obligado a conducir un vehículo adaptado, que tampoco era el caso. «Era un coche de serie, automático, por lo que con un pie manejaba el freno y el acelerador», explica el mencionado agente.
Se procede a pedirle el carnet de conducir y la base de datos de la DGT escupe otra alerta. No tiene puntos. Ninguno. Los tiene todos retirados hasta el mes de abril, para el que entonces faltaban 10 días. Se le descubren también antecedentes por drogas y delitos contra el patrimonio. En una de sus últimas diligencias policiales se le describe como «traficante de drogas» de tipo «violento». «Necesita cuidados especiales», dice la ficha en referencia a su inmovilidad.
«Sabía que iba rápido, es que estaba probando el coche, pero tampoco pensé que fuera tanto…», se excusó ante la Guardia Civil, que, para poder detenerlo y trasladarlo a dependencias policiales, tuvo que esperar a que le trajeran su silla de ruedas, porque no la llevaba consigo.
-Tengo poco que decir. Esto es una multa más, que te paran y ya está -decía Víctor Manuel este jueves a Crónica.
-¿Una multa más? Eran 297 kilómetros por hora…
-A ver, supuestamente no se debe, porque no se debe, pero no creo que sea el primero ni el último que compra un coche de esta características y que…
Son todas las palabras que nos concede. No quiere hablar del tema.
Una condena mínima
Dos días después de batir el récord, 23 de marzo. Dependencias del Juzgado de Instrucción 6 de Valdemoro (Madrid). El caso se resuelve en un juicio rápido de forma igualmente veloz. El fiscal pide una sanción menor y el acusado acepta: 3.600 euros de multa y la retirada del permiso de conducir durante un año.
Explican los abogados especialistas en seguridad vial que es la pena habitual en estos casos en los que no se ha puesto en peligro la vida de otros, aunque la ley contempla condenas mucho más altas: por el exceso de velocidad (artículo 379.1 del Código Penal), cárcel de tres a seis meses, o multa de seis a 12 meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y, obligatoriamente, la retirada del carnet entre uno y cuatro años; por conducir sin puntos (artículo 384.1), de tres a seis meses de cárcel, o multa de 12 a 24 meses, o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. En 2014, último año del que se disponen datos completos, se iniciaron en los juzgados 752 procedimientos penales por exceso de velocidad, de los que resultaron 454 sentencias condenatorias.
Final de la Champions League, 28 de mayo. Ampliamos la imagen que la UEFA ofrece del estadio de San Siro, una impresionante panorámica en la que los espectadores pueden buscarse y etiquetarse, y nos acercamos al graderío del lateral naranja. Ahí, en primera fila, a ras del césped, donde se ubica a las personas en silla de ruedas, cerca del fondo del Real Madrid, ahí está Víctor Manuel viendo el partido.
Lleva días pregonando en las redes sociales su viaje a Milán, como ya hizo en 2014 cuando su equipo ganó la décima en Lisboa, donde también estuvo presente. Primero ha publicado la imagen de su entrada, situada en la zona de Wheelchair(silla de ruedas) y emitida al precio de 0 euros por el Atlético de Madrid, aunque él acude con la camiseta y la bandera del Real Madrid.
El viernes antes del partido aparece retratado dentro del coche en el que va a desplazarse a Milán por carretera con otros cuatro amigos. Posa sonriente con el pulgar hacia arriba. Tienen 1.527 kilómetros por delante. La siguiente estampa la sube a su Facebook el sábado 28, tres horas antes del partido, y es un selfie que él mismo hace del interior del vehículo, de modo que el encuadre abarca a los cinco pasajeros. Víctor Manuel ocupa el asiento del piloto; lleva el cinturón puesto. «Y luego estás sin puntos…», comenta un amigo bajo la fotografía. Él le envía un emoticono sacando la lengua y le responde: «Tengo 20000 de Movistar». La pregunta es inevitable: ¿sigue conduciendo pese a tener el carnet retirado por un año? Crónica ha recabado testimonios en su pueblo que aseguran que, al menos dentro del municipio, ha sido visto al volante.
Víctor Manuel se despide de su aventura milanesa con una imagen tras el encuentro en la que se ve el capó de su coche abierto y un vehículo de los carabinieri auxiliándolo: «Ganar la Champions al Atleti en el último penalti y después de terminar el partido que un guardia te arranque el coche no tiene precio, para todo lo demás MasterCard, jajajaja», escribe.
Fútbol al margen, comparte con sus amigos sobre todo vídeos motivadores de discapacitados como él que esquían, pilotan o escalan sin piernas -«chicos, ya podemos hacer snow la gente con lesión medular»-; revolucionarias terapias que prometen el milagro de volver a ponerse en pie; vídeos de buggies todoterrenos dando saltos en plena competición; motos haciendo caballitos en Jerez -«cómo lo echo de menos»-, e imágenes publicitarias de los vehículos de alta gama que se venden en el concesionario de Getafe (Madrid) donde trabaja como gerente. En su vinculación con este negocio debe de estar la explicación al impresionante parque automovilístico que maneja: un día conduce un Audi rojo, otro un Porsche Cayenne blanco y al siguiente un BMW o un buggy, una especie de quad para ir por la arena.
Un indicativo de su elevado poder adquisitivo es que el Porsche 911 que probaba con intención de comprar está valorado en más de 100.000 euros. Oficialmente la velocidad máxima de este modelo es de 295 km/h, dos kilómetros por debajo de la que él logró alcanzar.
Hijo único, soltero, tiene vivienda propia, pero reside unas calles más abajo, en la de sus padres. El padre, ya jubilado, regentó un bar en un municipio vecino. La madre, a cuyo nombre figura registrado otro negocio de compraventa de vehículos, fue también imputada por un delito contra la seguridad vial por ser la persona a la que la firma cedió el coche de los 297 km/h.
Que el motor y la velocidad son la pasión, si no obsesión, de Víctor Manuel no es secreto en su entorno. Y que el incidente de los 297km/h no ha sido su mayor disgusto, tampoco. Se refiere que sufrió un primer accidente de moto cuando era veinteañero y formaba parte de la caravana de motociclistas que se desplazan a circuitos como el de Jerez siguiendo los grandes premios. Aquel primer siniestroya lo dejó físicamente mermado, pero fue un posterior accidente con un coche el que lo postró en la silla de ruedas.
Últimamente se ha aficionado a moverse en las bicicletas de tres ruedas que usan los parapléjicos y en las que se pedalea con las manos. Conduciendo una de éstas por las carreteras secundarias de su zona, hará un año, una ambulancia tuvo que recogerlo de la cuneta, de nuevo malherido en un accidente. «No sabemos cómo no ha perdido la vida», comentan en su pueblo.
El más rápido de la final de Milán
Pese a su discapacidad, Víctor Manuel batió con su conducción temeraria un récord muy lejos de los que hasta entonces, y aún hoy, tienen registrados los 800 radares de los que dispone la Dirección General de Tráfico, entre móviles, fijos y los ocho helicópteros Pegasus. En 2015 se pusieron 3.286.799 denuncias por exceso de velocidad. A continuación, las cinco grandes marcas:
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297 km/h. Víctor Manuel. El 21 de marzo de 2016.
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271 km/h. Un inglés de 56 años con residencia en Marbella. Fue detenido por la Guardia Civil de Baza (Granada) en mayo de 2009. Conducía un Ferrari California a 271km/h. por la A-92. Fue multado con 3.600 euros y 10 meses de retirada del carnet.
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260 km/h. Fue en febrero de 2006 en la A-231, la autovía del camino de Santiago que une León y Burgos, a la altura del término de Villasandino. El conductor iba al volante de un Audi A-8 y tenía 41 años.
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251 km/h. Es la velocidad que marcó, en junio de 2010, un Porsche 911 Turbo que circulaba por la A-6 a la altura de Bembibre (León) y que conducía T.G.G., de 41 años, polaco con residencia en Madrid.
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248 km/h. Los marcó un BMW en mayo de 2010 en la A-5 a la altura de Trujillanos (Badajoz). Al volante estaba un hombre de 23 años, acompañado de su novia y de dos menores de edad.
2 comentarios en “El discapacitado ‘cazado’ a 297km/h en un Porsche”