Esto es un dicho de toda la vida al que unos le tienen más “respeto” que otros, pero al fin y al cabo lleva razón.
El caso es que hace un tiempo ya cambié el cargador de mi Mac porque llegó a su fin (lógicamente por muy poco uso que se le dé, la propia marca, Apple en este caso, establece un límite de vida para cada uno de sus accesorios o aparatos con el único fin de que sean reemplazados al cabo de este tiempo y de esta forma obtener más ingresos), pero lo cambié por uno “pirata” que compré en Amazon por menos de la mitad de precio (creo recordar que unos 40 euros o así), y es que todos los productos “de la manzana” son realmente caros, y al ser la primera vez que cambiaba el cargador pasé de gastarme un dineral en uno nuevo (he aquí mi fallo).
Bien, pues desde hace unos días llevaba dándome una guerra tremenda el cargador y por eso mismo decidí cambiarlo, porque además estos últimos días dejó de funcionar y se quedó en un 8% de batería desde que lo apagué (y es que el Mac es algo que necesito tener en perfectas condiciones sí o sí y día tras día porque mi vida diaria me obliga a que así sea.
Antes de ir a la App Store a comprar el cargador nuevo estuve revisando y buscando el porqué de su fallo y por qué se interrumpía la carga, y vi lo siguiente:
El quinto pin directamente no estaba (e incluso se veía que estaba algo quemado), así que lo que empieza siendo barato como el cargador plagio que compré en Amazon acaba saliendo caro porque poco tiempo después se va a tener que comprar uno original que cuesta más del doble, y eso pasa con absolutamente todas las marcas y sobre todos los accesorios chinos de plagio, pero especialmente con Apple “duele” más porque es muy difícil tachar a sus productos de baratos. Sin ir más lejos, el cargador nuevo me costó nada más y nada menos que casi 90€
Además es curioso que en la tienda no dan ni el ticket de compra, se limitan a preguntarte el mail y enviar ahí la factura. También fui a la misma App Store hará un par de meses a por el cable del iPhone (el Lightroom) y me salió por 25 módicos euros, un cable blanco de medio metro o así (y sin el transformador por supuesto, sólo el cable, aunque por lo menos dentro de lo malo es 100% original).
Por cierto, aprovecho la entrada para comentar que el lunes de la semana pasada me dejé el ratón del Mac en clase y voló. Sí, por lo visto hay mucha gente que en cuanto ve algo a su disposición en vez de entregarlo a quien corresponda, prefiere agenciarse de ello. Y a mí por supuesto me revienta, pero más que por el valor del accesorio (que rondará los 30 euros) me jode tanto porque el ratón en un portátil (y más para trabajar con vídeo, que se usa sin parar) es algo excesivamente básico, y además tampoco hace mucho tiempo que lo tenía y estaba muy muy contento con él, pues era muy ergonómico e inalámbrico, pero otra de las cosas que más me revientan de este hurto es que el ratón lo tuve que pedir por Internet y tardaron varios días en entregármelo, así que me va a tocar desembolsar otros 30 euros (después de los 90+25 de los dos cargadores) y esperar otros tantos días hasta que me llegue el nuevo ratón, y todo porque algún gracioso me la ha jugado robándome mi humilde mouse.