Es muy probable que haya gente que se haya preguntado alguna vez esto mismo, que por qué no he vendido ninguno de mis viejos iPhone o aparatos varios que haya podido tener (y es que soy muy «conservador», sobre todo con la tecnología).
Bueno, la respuesta es muy simple, y es porque a pesar de que algunos de ellos son productos Apple, el precio que se paga por ellos generalmente de segunda mano es muy bajo, y por eso mismo prefiero quedarmelos por un «por si acaso» me fallan los nuevos, a parte del cariño que les he cogido después de tantos años acompañándome a todos los sitios.
En pocas palabras, no los vendo por el cariño que les he cogido en tanto tiempo y porque para sacarme «cuatro perras» con ellos no merece la pena.