¡Muy buenos días otra vez hamijos!

Esta vez os quiero “hablar” de un tema que me encanta a pesar de no tener estudios sobre esta materia, y por eso mismo voy a contar lo que yo (personalmente) opino sobre el tema.

El caso es que como muchos de vosotros ya sabréis, hay marcas de todo tipo de productos (alimentos, ropa, accesorios, etc…) con nombres muy “curiosos”.

Bien, antes de continuar con esto voy a decir en pocas palabras lo que yo pienso de todo esto: “Si quieres sacar un nuevo producto de lo que sea a la venta o quieres venderlo, basta con ponerle un nombre “curioso” (por muy basto que sea), porque aunque luego no tengas muchas ventas, lo que sí te va a asegurar el nombre es un éxito rotundo en cuanto a publicidad y/o marketing”.

Y es que puede que el producto en sí no sea nada bueno, pero cuando la gente vea el nombre que tiene se va a preguntar “cómo se puede llamar así”, y es dónde y cuando empieza todo lo bueno. A partir de ahí, las fotos empiezan a correr como la pólvora y las redes sociales empiezan a inundarse de fotos del producto, lo que hace que aunque el producto no sea nada bueno, tenga una inmensa propagación por todos los sitios e incluso la gente lo adquiera aun sabiendo que no es bueno.

¿Por qué lo adquieren entonces? Poniéndome en el punto de vista de un consumidor por lo menos joven, supongo que será para hacerse la típica foto y para comentárselo a sus amigos. Vale, no tiene ningún sentido, pero esa marca ya tiene una venta más, y si esta persona hace el medio de publicidad más habitual y que más ventas produce (el boca-boca), hace que las ventas se multipliquen.

Os dejo un par de fotos hechas por mí mismo (ayer por la mañana con el iPhone) de dos productos de este tipo, que como muchos de mi zona supongo que sabrán, están hechas en el 103 (área de servicio).