¿La reconciliación?

Mario y yo, Teruel 2012

¡Buenos días/tardes/noches amigos!

A ver cómo empiezo esta entrada… El caso es que ayer por la noche entré a Facebook como todos los días y me saltó la típica notificación de «Hoy tienes recuerdos con tal y cual…» Vale, le doy a ver qué recuerdos tengo hoy y veo que hace un año tenía recuerdos con gente de mi pueblo y eso y hace dos años lo mismo, pero me he quedado loco cuando veo los recuerdos que tenía ayer hace tres años, porque he visto una publicación en dicha red social de un gran amigo con el que hace bastante no tengo ninguna relación por diferentes motivos. Él es Mario Lafuente, cantante de «15 a medias«, y la verdad me emocioné literalmente al ver el vídeo que incluía en la publicación de Facebook, porque no lo había visto hasta ayer. Sí, habéis leído bien, acababa de ver el vídeo por primera vez en tres años, y es que cuando lo publicó supongo que no estaba en momentos demasiado «cómodos» para andar trasteando (además, lógicamente la primera vez que entré en Facebook después de lo que pasó, y por lo que me daban ánimos en el vídeo, fue mucho más tarde). Por eso no lo había visto hasta ahora que ha sido cuando gracias a los recordatorios de Facebook he tenido acceso a él.

Bien, me gustaría decir que gracias a este vídeo me he dado cuenta de que he fallado en millones de cosas (supongo que como todo el mundo), pero me ha costado mucho aceptarlas y la verdad es que me sigue costando, pues creo que no soy la única persona que ha fallado en tantas cosas, aunque por lo menos sí lo reconozco.

(De dch a izq) Raúl, David, Mario, Cristina y yo con camisetas del grupo

También he de decir que por ejemplo, en las redes sociales y más concretamente en Twitter e Instagram, yo seguía a Mario hasta que dejé de hacerlo simplemente porque no soportaba ver a toda «mi gente» de Teruel (como los llamaba cariñosamente) pasándoselo bien y haciendo de todo sin mí. Es algo lógico que salgan a pasárselo bien y disfruten de la vida, pero cada vez que veía una foto o un simple tweet en el que aparecía algo de esto me venía abajo, me moría de envidia, no podía ver a toda mi gente pasarlo genial y yo tumbado en una cama porque no podía andar, no podía hablar, hasta me costaba un montón leer los tweets cuando empecé a coger el móvil después de todo. Y es por esto por lo que dejé de seguir a Mario y a mucha más gente en Twitter e Instagram (y ellos a mí), porque no soportaba ver cómo disfrutaban de la vida mientras yo sólo intentaba poder levantarme de la cama donde estuve más de dos meses. Pero como creo que ya lo he «superado», acabo de seguir de nuevo a Mario en la red del pájaro azul y en Instagram (a ver si me acepta en esta última…) Y sólo el tiempo dirá si no me vuelvo a hundir viendo las fotos y todo lo que publique.

Por cierto, ya que estamos aprovecho esta entrada para comentar que ayer (jueves por la noche) me iba a haber ido a la misma ciudad (Teruel) a pasar una noche de fiesta como hace cinco años que estaba viviendo allí, pero como ahora mismo no hay nadie «disponible» en el pueblo para salir, y los que hay no pueden salir, no me quedó otra que quedarme en casa (cuando escribí esto eran exactamente las 23:30), una hora en la que un día como hoy pero de hace cinco años como acabo de comentar, estaría cenando para irme a vivir la noche de un jueves turolense como los cientos que pude vivir en mi «buena época».

Para terminar la entrada y antes de compartir el vídeo, creo que tengo que decir que el título («La reconciliación») lo he puesto porque es lo primero que se me ha venido a la cabeza al pensar sobre cómo llamar a algo como esto, en lo que intento mostrar cómo me siento después de todo lo que ha pasado durante estros tres años y pico.

Así que espero que haya por lo menos una parte de la gente que me entienda y sepa o comprenda cómo me puedo sentir después de haber visto hoy por primera vez el siguiente vídeo:

Si me quedo con algo de toda esta historia, algo como una moraleja o algo que he aprendido, creo que sería algo como…

«Valora lo que tienes antes de que sea demasiado tarde, pues en un momento y cuando menos te lo esperas todo se puede ir igual que vino, pero de peor forma». (Y quizás no sea esta la frase más correcta o acertada para esta «experiencia», pero hoy no estoy muy «centrado» por todo esto, así que la he podido pensar mal. En dicho caso, si me doy cuenta la modificaré).

Sin más que añadir, espero que entendáis (otra vez más), y que comprendáis que he tenido muchos errores, de los cuales me arrepiento y ya estoy intentando «solucionar» (y me cueste lo que me cueste, estoy seguro de que por lo menos lo voy a intentar). Así que lo dicho, espero no perder jamás la magnífica relación que teníamos, porque en la vida se pueden perder muchas cosas que no tienen tanta importancia, pero los amigos son algo fundamental e incluso la base de la vida (y aunque esto suene un poco «extraño«, creo que es la verdad).

Antes de dejar de escribir, también espero que entendáis que aunque esta entrada la estoy centrando en una persona (Mario), la escribo pensando en todos y cada uno de la «familia» que fuimos durante lo poco que duró el rodaje de la serie con la que empezó todo. Lógicamente también va por todos vosotros, de los cuales podría empezar a poner nombres pero me llevaría bastante tiempo porque éramos mucha gente, así que sólo voy a nombrar a la persona que nos «juntó» a todos para llevar a cabo el proyecto «Veo cosas» que por desgracia nunca vio la luz, y esta persona es Miki Barrera. Lo dicho, gracias nuevamente por juntarnos a todos para hacer lo que más nos gustaba, y quiero que sepáis cada uno de los que «veíamos cosas» en 2012, que yo ya no estoy por Teruel, pero ya sabéis donde estoy y que sigo aquí para cualquier cosa que queráis o necesitéis. Lo prometo.

Sinceramente y muy atentamente os deseo lo mejor y espero juntarnos pronto todos los que éramos y poder «rehacer» nuestra amistad para de una u otra forma ser quien éramos y como éramos antes de todo.

UN FUERTE ABRAZO AMIGOS, ¡OS QUIERO!

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