¡Buenos días gentezuela! Esta entrada tenía ganas de escribirla desde hace mucho no, muchísimo tiempo. Hace semanas, meses, incluso años, pero esta noche de domingo me he dado cuenta de que tenía que soltarlo de alguna forma cuanto antes, así que creo que desde la web es la mejor forma, y también de esta forma me siento mejor conmigo mismo porque a pesar de que no lo lea mucha gente, me siento “escuchado” por unos pocos, y con eso me basta.

El caso es que como el título dice, ahora mismo y desde que pasó lo que jamás tuvo que pasar, no puedo escuchar la misma música que escuchaba antes, y que me sigue gustando aunque no sea lo mismo. Y no me refiero a Extremoduro y a ese tipo de rock que sigo escuchando actualmente sin ningún problema, sino a música con más “sentimientos” o que los transmite. Y he decidido escribir la entrada hoy por fin porque estaba viendo vídeos por Vimeo hace un rato, y por casualidades de la red de redes he llegado a un vídeo de fotos (de esos que se hacen con 13 o 14 años) donde el autor salía con la que supongo sería “su gente” en un montón de momentos buenísimos y la música que sonaba era una canción de Pablo Alborán, que aunque es de sus últimos temas, me sigue recordando muchísimo a sus primeras canciones, aquellas que escuchaba rodeado de gente a la que quería muchísimo antes de que pasara lo mencionado.

Y es curioso, pero en mi cabeza tengo relacionados ciertos grupos de música o canciones con ciertas personas en concreto. Por ejemplo, los tres primeros ejemplos que tengo en mi cabeza sobre esto son Pablo Alborán, Maldita Nerea y Huecco. Lógicamente no voy a decir quien es la persona que está relacionada con cada uno de estos tres grupos (que hay más, aunque estos son los principales, los que más recuerdos y buenísimos momentos me traen a la cabeza).

Por cierto (y aunque no tenga nada que ver con esto), hablando sobre temas de pérdida de memoria (ya sea por la causa que sea), he creído siempre y sigo creyendo que la música es sin ninguna duda la mejor “terapia” o método para “recuperar” la memoria. Advierto que esto es sólo lo que creo yo, pero también estoy seguro de que mucha gente opina lo mismo. Es más, yo no conozco ningún caso, pero estoy muy seguro de que hay gente que gracias a la música ha conseguido (aunque sea mínimamente) volver a ser “quien era” en cuanto a la memoria que haya podido perder por la razón que sea. Hay cientos de causas para perder la memoria, como enfermedades tipo Alzheimer, ictus o accidentes cerebrales y un largo etcétera.

Continuando con el tema de la pérdida de memoria (lo siento porque no tiene nada que ver con el hilo de la entrada), creo que los mejores ejemplos que se pueden poner son en niños que a pesar de no haber sufrido ningún tipo de accidente o enfermedad que les pueda ocasionar una pérdida de memoria, están en pleno desarrollo. Bien, por ejemplo un niño de 5 años (no será así en todos, pero sí lo es en muchos, o eso creo…) Este chaval seguro que se aprende antes una canción (las típicas canciones infantiles) que cualquier otra cosa. ¿Por qué? Pues la verdad no lo sé, pero supongo que será por el “juego” que da la melodía que acompaña a la letra (que es lo más “complicado” de aprender). Y todo el mundo sabe que las canciones infantiles no es que sean muy “difíciles”, pero para que se la aprenda alguien que lleva 5 o 6 años en la vida creo que es suficiente.

Ahora sí, pido disculpas por haberme desviado del tema durante dos párrafos que he marcado con más sangría para diferenciarlos bien (pero ya que venía a cuento también he tenido que decirlo).

Ahora a ver cómo continúo con el hilo de la entrada…

Bueno, después de llevar un tiempo en “pausa”, creo que en realidad ya he contado lo que pretendía sobre lo que me pasa con la música que solía escuchar. He “intentado” contar el porqué y he puesto tres ejemplos (sin mencionar a las personas), así que creo que lo voy a dejar así y si se me ocurre algo que añadir lo haré.

Buenas noches a los que lean esto antes de acostarse, ¡besos y abrazos! 🙂