Los médicos descubrieron que el café eliminaba por completo los efectos de la disquinesia relacionada con el gen ADCY5.
Un niño de 11 años que padecía disquinesia ha conseguido curarse parcialmente gracias a dos tazas de café diarias que le recetó un médico francés, según se recoge en la revista ‘Anales de Medicina Interna’ y ‘AFP’.
Se trata de una enfermedad rara que provoca movimientos anormales y espontáneos en los pacientes, un trastorno que les incapacita físicamente y para el que no existe ningún tratamiento.
No obstante, el caso de este menor ha hecho que haya un resquicio de esperanza. El pequeño no podía ir en bicicleta o volver caminando a casa, ya que los brotes podían aparecer en cualquier momento.
Los médicos le prescribieron café, ya que otros pacientes aseguraban que los síntomas se calmaban un poco. Para sorpresa de todos, los movimientos espásticos desaparecían durante horas con dos tazas al día.
Al poco tiempo los padres del menor acudieron a consulta a quejarse de que el café había dejado de hacer efecto. Sin embargo, se dieron cuenta de que habían comprado por error un café sin cafeína y al volver a comprar el correcto los movimientos volvieron a desaparecer.
«Esta historia forma parte de los azares extraordinarios de la historia de medicina. Incluso si se tratara de un bebé con esta enfermedad, le administraría café», explica Flamand-Roze, neurólogo en el hospital parisino Pitié-Salpêtrière.
La eficacia de esta sustancia se explica por el hecho de que la cafeína se fija en receptores relacionados con la proteína ADCY5, la misma relacionada con un tipo concreto de disquinesia.