¡Buenos días lectores!

El otro día publiqué esta ENTRADA donde os “contaba” que ya no disfrutaba de la música como antes por varias razones. Bien, con el mundo de los audiovisuales me pasa lo mismo (y prácticamente desde la misma época).

La diferencia es que en este caso, los motivos por los que no lo disfruto igual son muy diferentes a los que os contaba el otro día sobre la música. Ahora mismo disfruto de cualquier medio audiovisual, pero más o menos el 25% de lo que hacía antes. (Medios audiovisuales como vídeos de YouTube, documentales, programas de TV, cine, etc…).

¿Por qué? Muchos pensarán que tengo un problema (pues yo mismo también lo he pensado a veces) pero creo que en realidad nos e trata de eso.

Veamos… Lo que me pasa es que desde que empecé (más o menos serio, en 2010 o así) en el mundo audiovisual, cada vez que veo todo tipo de contenido audiovisual, divido la atención de diferentes formas. Yo creo que más o menos es algo así:

. 25% de la atención: Va dirigido a la historia que se cuenta (aquí es donde tendría que estar y está por lo general en todo el mundo) el 100% de la atención.

. 75% de la atención: Este porcentaje es el que yo empleo en ver cómo cuentan la historia. O sea, yo me fijo tres cuartas partes del tiempo que dura el vídeo, película o programa en ver CÓMO lo cuentan. Es decir, me olvido de la historia que están contando y pongo el 75% de la atención en ver cómo está montado el vídeo en sí. Me fijo muchísimo en los planos que tiene, las posiciones de cámara, la iluminación de las escenas, los cortes, efectos, las posiciones de los objetos que aparecen… En fin, que dedico casi toda mi atención en ver cómo se realiza el proyecto audiovisual que estoy viendo, y dejo a un lado la “historia” que veo para seguir centrándome en “lo mío”.

Pero me gustaría añadir antes de que me sigáis tachando de raro, que como autodidacta que me considero, creo que esto que hago tengo que seguir haciéndolo, pues así aprende cualquier autodidacta.