¡Qué pasa chavales! Me siento bien (pero «extraño») porque al salir de clase he subido una foto a Instagram Stories (que no a mi perfil de dicha red) en la cual salgo totalmente natural y sin hacer ninguna filigrana típica entre jóvenes (sobre todo chicas) como poner «morritos» (cosa que jamás he hecho, pues me parece absurdo) o cualquier cosa de las que hoy en día se le llama vulgarmente «postureo». Por supuesto tampoco he editado nada de la foto, es más, está hecha directamente desde la app de Instagram, y publico esta entrada simplemente para comentar otra vez más que a mí (sí, personalmente), me gustan mucho más las fotos originales y tal cual las capta la cámara, que no las que llevan un mínimo de edición, y ya las que llevan «un kilo de Photoshop» mejor ni comentarlo.

Lo más bonito creo que es lo natural, tanto en fotografía como (seguro que pensarán muchos, que no todos) el cuerpo humano, y con esto último me refiero por ejemplo cuando una chica o chico salen de fiesta, que se ponen hasta las trancas de que si maquillaje, si gomina, si coloretes, si peinarse de tal forma que les lleva una hora, en fin, todo ese tipo de cosas que para mi gusto, prefiero y me parece mucho más elegante una persona guapa sin nada encima (sí, como de «andar por casa») que no esa misma persona un día de fiesta con todo lo que se puede poner encima.

Y sé más que de sobra que no soy precisamente un «modelo», pero por esto mismo me gusta más si cabe la fotografía original, pues la verdad es que ya me aburren mucho las fotos de los típicos famosos y «guapetes» de turno en las mismas revistas llenos de kilos de Photoshop, en las cuales lo más natural que se puede ver es el tatuaje que esa persona lleva desde que era pequeña (y para «verificar» de alguna forma que es una foto «real» y sin retocar), pues esta gente retoca absolutamente todo, desde las cicatrices por pequeñas que sean hasta los ojos rojos pasando por una «reducción de estómago».

En definitiva, ¡que viva la fotografía original y la gente de «andar por casa»!

Buenos días hamijos, como publiqué ayer por la noche en este tweet…

Hace demasiados años que no enseñaba el DNI en un bar, pero hoy he sido yo el que se ha empeñado en mostrarlo. Mañana lo cuento en la web. ?

— JOTA (@JCatalan55) October 1, 2016

Pues eso es lo que estoy haciendo ahora, contarlo desde la web.

El caso es que como era sábado, nos fuimos toda la tarde por ahí (a puerto Venecia concretamente) y ya que estábamos cenamos allí, pero por la noche volvimos  a la city y salimos unas horas a tomar algo por ahí (muy tranquilos, eso sí). El bar al que fuimos estaba muy bien a pesar de no ser nada «del otro mundo», a mí lo que más me gustó fueron las jarras de 1/2 litro de cerveza que tenían a 1,50€ (de las cuales nos pedimos un par de ellas cada uno, una detrás de otra claro).

Pero por lo que escribo esta entrada es porque aunque ya sé que tengo cara de niño, no pensé que se viera tanto. 

Lo que pasó es que cuando entramos y fuimos a la barra, aunque yo iba más atrás que los otros (íbamos 7), a los primeros que fueron a pedir a la barra les pidieron el DNI (a pesar de que los otros seis tenían 19 y 20 años), pero como yo soy así y mañana mismo hago los 26, me adelanté con mi DNI y le dije al camarero «¡toma el mío!». El hombre al verlo se quedó mirándome con cara de «WTF?» y me dijo algo así como un «¿esto es real»? porque vio que yo era del 90 (los otros del 97 aunque no mostraron el DNI) y la chica que había al lado (otra camarera) dijo algo así como… «pues yo creía que tenía 13 o 14 años».

Y ya está. Podéis imaginar mi cara  cuando me acaban de echar 14 años el día anterior a cumplir los 26.